FINERCAM nació de una necesidad muy personal:

Capturar la esencia de cada lugar sin limitaciones

Nuestro fundador, César Mellizo-Soto, creció en un hogar rodeado de arte e inspiración gracias a su madre, pintora, y descubrió la pasión por la fotografía a los 17 años, cuando tuvo su primera cámara réflex. Desde entonces, cada viaje se convirtió en una oportunidad de experimentar con la luz, la composición y la creatividad. 

Con el tiempo, César se adentra en el mundo de la arquitectura, donde aprendió a ver la fotografía como una herramienta para alimentar la imaginación y explorar nuevas perspectivas. Su entusiasmo lo llevó a organizar maratones de fotografía por Madrid junto a amigos, y fue en estos eventos donde su habilidad y dedicación se destacaron: ganó el Maratón de Fotografía de Madrid por la revista foto digital, tres años consecutivos, consolidando su visión y técnica.

Pero la inspiración definitiva para FINERCAM llegó en una salida en moto, en la que César viajaba con amigos para disfrutar de paisajes únicos. En una visita al casco antiguo de Cuenca, se encontró con la dificultad de capturar los rincones iluminados del lugar usando el modo pro del móvil, sin poder ajustar los parámetros con precisión en la pantalla. En ese momento, revivió el deseo por una cámara con botones físicos y un visor electrónico, una herramienta que permitiera ajustarse de forma intuitiva y sin distracciones. 

Así nació FINERCAM, un dispositivo para el móvil diseñada para capturar el mundo tal y como lo vemos, con la precisión y el control que sólo ofrecen los botones físicos y un visor que nos aísla del entorno, centrándonos en el instante. FINERCAM es el reflejo de una vida dedicada al arte, la arquitectura y la fotografía; un proyecto que busca ofrecer a otros esa conexión total con la imagen, donde cada captura sea una experiencia única.